Los mismos que persiguen a los Fort, a Lobato (la nueva), al negro de Zaire, al que pregunta por Candela: no, no es el público, sino los anunciantes, las empresas.
La construcción de la realidad es un misterio, de repente, estos personajes concitan la atención del público y aunque esa curiosidad se apaga con una sola o dos veces a lo sumo, las empresas, locutores, programas, persiguen e inflan el recurso hasta torcerlo, convertirlo y llevarlo a la cúspide, que es la destrucción por la destrucción misma, con el fin de obtener un punto de rating.
El paradigma de esta conducta es Rial, que se ha ensañado con Fort hasta revelar cosas insólitas que rayan con el buen gusto.
Esta obsesión pro aniquilarlo, ya se había visto contra Nazarena, cuya persecución se parecía bastante al resultado de un rechazo sexual.
Esta otra también.
Siempre se ha sabido que aquellos que rechazan “demasiado” la condición sexual de aquello que persigue son porque se tiene miedo a sí mismo, y tiene poca seguridad sobre su propia identidad sexual.
En este caso, a Rial, Fort se atrevió a sacarle la prima dona, su “amigo”, “hermano”, Luis Ventura, el triángulo es casi obvio.
El encarnizamiento de Rial, lo lleva a extremos truculentos y la aniquilación está asegurada porque Fort es un personaje vulnerable en muchos aspectos, sobre todo en aquellos en los que se está dando cuenta que las adhesiones duran lo que dura el sueldo, luego de lo cual, si no tiene cuidado, - y no lo tuvo -, todo, más tarde o más temprano se le vuelve en contra.
A los 33, a Fort, los persiguen las empresas, es impresionante la cantidad de propaganda, de las que llaman “ppt” –ni siqiuera sé si se escribe así, sólo lo escuché y suena así -, que significa propaganda directa en el medio del programa, dicha por el locutor, y propaganda entre pausas.
Ese tipo de tv sigue dando sus frutos y alimenta los personajes retorcidos como Rial, simplemente porque el público tiene fascinación por el horror, el público necesita bajar del pedestal aquello que envidia y le encanta enterarse de lo mal que está la vida de los otros.
En todos estos asuntos, lo que me da más pena, son los tipos como Rial, como la Rocasalvo, con epítetos desmesurados calificando a personas sólo porque la dejaron “colgada” con una nota, ya que revela algo que muchos saben, a ese programa tiene poco y nada de influencia en el medio en el que pretende sobresalir.
Una fórmula un poco diferente pero carente de contenido, aburrida si las hay es la propuesta de Iudica y Listorti, con inventos sobre el productor, idioteces que estiran hasta el infinito, hora tras hora con pavadas de lo mismo, y que mantiene el mismo público que se regocija con las peleas que organiza Tinelli.
En un año, veremos qué queda de todos esos personajes.
El único que lamentablemente permanecerá es el refritado titiritero Tinelli, que finge la apología a la amistad, generando todo tipo de situaciones de violencia emocional, recurriendo a agresiones verbales, ninguneo, falta de respeto e incita a la inmolación de los participantes en pos del “show”, mientras las marionetas dejan su vida al descubierto, y más que sus vidas, sus miserias, para regocijo del bolsillo de Tinelli.
Estamos viendo, creo, en qué quedarán los 33 mineros, algunos de los cuales se encandilaron con las luces y otros aún permanecen en su propio medio.
La realidad se ocupará de colocar todo en su lugar, no hay más que dejar pasar un poco el tiempo.
Los únicos favorecidos de todo ese circo son los Tinelli, los que muestran la cara y los que no, el resto, quedará como tendal de guerra, ya con sus prestigios y vidas cambiadas para siempre y no para bien precisamente.
Desde ya les dedico un responso.
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